alejarme parecía apaciguar la tristeza
y hoy que vuelvo por mi teclado blanco
un nudo en la garganta hace humedecer mis ojos.
Tú que has alcanzado el fin que soñabas
y el paraíso son más que acordes de tu guitarra
tú que con caminar pausado has volado
recibe al igual que siempre, con sonrisa de medio lado
la eterna gratitud de este corazón callado
que con pies descalzos siguieron tus pasos
y pupilas atentas al mundo me fueron devueltas.
Hoy tu acento argentino golpea mi pecho
como será mañana, como será siempre
que tu humor haga sonreír al padre
y entre milongas de Yupanqui vuelen los ángeles.
Hoy brindo porque es verdad que eres polvo, pero polvo sagrado
que se regocije entonces mi pecho en tu alegría
y entre milongas de Yupanqui vuelen los ángeles.
Hoy brindo porque es verdad que eres polvo, pero polvo sagrado
que se regocije entonces mi pecho en tu alegría
que tus versos mi Facundo siempre me acompañen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario