domingo, 17 de julio de 2011

Al cantor de mi alma

Distante estuve de letras y pensamientos 
alejarme parecía apaciguar la tristeza 
y hoy que vuelvo por mi teclado blanco 
un nudo en la garganta hace humedecer mis ojos. 
Tú que has alcanzado el fin que soñabas 
y el paraíso son más que acordes de tu guitarra 
tú que con caminar pausado has volado 
recibe al igual que siempre, con sonrisa de medio lado 
la eterna gratitud de este corazón callado  
que con pies descalzos siguieron tus pasos 
y pupilas atentas al mundo me fueron devueltas.  
Hoy tu acento argentino golpea mi pecho 
como será mañana, como será siempre 
que tu humor haga sonreír al padre
y entre milongas de Yupanqui vuelen los ángeles.
Hoy brindo porque es verdad que eres polvo, pero polvo sagrado
que se regocije entonces mi pecho en tu alegría 
que tus versos mi Facundo siempre me acompañen.


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