El reloj en contra del tiempo y a paso lento
la melancolía con su viento fuerte hizo retroceder sus pasos
y al contacto frío del piso con mi pie izquierdo
tropecé con un manojo de recuerdos,
al compás de mis pasos escurrían del techo voces y sueños
una tormenta de imágenes se apoderó de mi espacio
en espiral giraban aquellos tiempos, todos los besos, todos los duelos
y ese nudo en la garganta que apretaba mi pecho.
Ayer, vino hoy y nada parece tan real,
el arco de sus cejas se dibujó en el espejo
y la burla del destino empañó su recuerdo.
Pero que hermosos eran, cuanto amor había en sus ojos
cuanto duele el espacio vacío entre mi pecho y su alma.
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